LA HISTORIA ORAL: ¿UNA OPORTUNIDAD PARA SOBREPASAR LOS LÍMITES DE LA ACADEMIA?

Por Nicolás Buckley

En el mundo moderno las fuentes escritas han sido consideradas mas fiables que las orales. Sin embargo, en la nueva cultura post moderna ya no basta con que los científicos sociales consulten fuentes bibliográficas. Se podría decir que estamos viviendo el ‘boom’ del testimonio. El desprestigio que viven hoy en día los intelectuales está en parte motivado por como los ciudadanos quieren conocer la realidad de forma directa, sin intermediarios.

La historia oral, donde los narradores vierten sus experiencias y emociones a través de una entrevista, nos sumerge (a los científicos sociales) en un terreno de incertidumbre. La objetividad de las fuentes escritas se traslada a la incomodidad (que puede llegar a sentir el investigador), al sentarse en frente de un ser humano para que le cuente su historia de vida.  Los historiadores orales se han ido acercando poco a poco a la antropología, una disciplina que analiza al ser humano en su forma holística (desde diferentes planos). ¿Es posible que la historia oral suponga un ‘desafío’ a las ciencias sociales que se han usado hasta el día de hoy? ¿De qué forma las subjetividades de los individuos se insertan en los modos de conocer que usamos (y usaremos) durante el actual siglo XXI?

Este vocabulario (subjetividad, oralidad…) pone en cuestión un paradigma que ha definido la cultura occidental (y la misma idea de la ilustración) a lo largo de su historia: la objetividad. Los grandes desplazados de la modernidad (indígenas, comunidades afro…) revindican un espacio en la historia. Desde las universidades europeas o norteamericanas reivindicamos desde hace tiempo que las ciencias sociales y las humanidades han de ser ‘multidisciplinares’. Sin embargo, en la práctica la mayor parte del conocimiento se sigue produciendo de una forma vertical, y las luchas de poder dentro de las universidades son igual o más despiadadas que nunca. ¿Podrán las nuevas generaciones de investigadores relacionarse con el poder de una forma diferente a las anteriores?

Ahí está el reto.